Entre pitos y flautas, siempre sobran pitos

Las diLopez-Uralde-Rejon-Garzon_EDIIMA20140528_0752_13chosas gafas violetas. O como he leido en alguna ocasión, esa “manía” que tenemos las feministas de contar mujeres allá donde vamos. Lo malo es que ahora ni siquiera hace falta ir a ningún sitio: puedes contar desde casa y a cualquier hora. Abres twitter, lees un par de periódicos y las cuentas siguen sin salir.

¿Dónde están las mujeres de la izquierda? Hacer recuento de la presencia pública de mujeres representando a los partidos de izquierdas en debates, reuniones, fotos o entrevistas en las últimas dos semanas está siendo además de deprimente, un duro baño de realidad “desigualitaria” que debería hacer que nos replantearamos muchas cosas, como personas y como organizaciones.

A raíz del 25M y la reinvidicación republicana se han multiplicado y generado multitud de espacios mediáticos conjuntos con Izquierda Unida, Podemos y Equo. Las imágenes que nos dejan no sólo hacen daño por el exceso de testosterna visual que desprenden, sino porque ponen en evidencia la ausencia total de mujeres con peso en todos y cada uno de los partidos. Hagamos un repaso.

  • Izquierda Unida: No soy capaz de recordar el nombre de ninguna mujer dentro del aparato más consolidado. Dentro de las nuevas caras, ¿Tania Sánchez quizá? pero ni de lejos tiene el protagonismo mediático y político que se le da a Alberto Garzón por ejemplo (mención aparte merecen los bochornosos y patriarcales intentos de vincular su actividad política a su vida privada, por ejemplo el ABC)
  • Podemos: Tres caras visibles, tres hombres omnipresentes en los medios de comunicación. Teresa Rodríguez, segunda en las listas europeas apenas tiene visibilidad ni peso en la organización del partido (¿tendrá que ver que es Anticapitalista?). Hace unos días he oido por primera vez el nombre de Carolina Bescansa, una de las firmas que registra Podemos.
  • EQUO: La cara más visible es sin duda Juantxo López de Uralde. El liderazgo de Inés Sabanés es indiscutible en Madrid, pero tiene una visibilidad limitada fuera de la Comunidad. Tras la dimisión de Reyes Montiel, queda por ver como las mujeres de Equo, algunas muy activas y con peso en los territorios, gestionamos personal y colectivamente el desafío de no quedarnos fuera de estos nuevos tiempos políticos.

La paradoja es que estamos hablando de partidos que tienen asumidos los derechos de las mujeres y la lucha feminista en su programa, sus listas electorales son paritarias, y en el caso de Equo también todos sus órganos gestión. No voy a escribir sobre las razones sociales y culturales que interactuan e influyen en que por un lado las mujeres participemos menos en política, y que cuando lo hagamos tendamos a mantenernos (o a que nos mantengan) en un segundo plano. Asumo, que eso lo tenemos ya todas claro, y quien no, debería pensar en invertir un poco de tiempo en lectura feminista.

Pero también hay que preguntarse si la sociedad (y más concretamente el electorado y los simpatizantes de la izquierda) está dispuesta a aceptar a mujeres líderes. Hagamos un ejercicio de ciencia ficción crítica: ¿Estaríamos hoy hablando de Podemos si sus promotoras hubieran sido Paula, Juana Carlota e “Iñiga”? Si has dudado un instante la respuesta, por favor considera nuevamente dedicar algo de tiempo a lecturas feministas y a analizar la realidad desde la perspectiva de género. Por si necesitas un ejemplo: ¿por qué a Ada Colau, la única mujer con presencia mediática y liderazgo indiscutible dentro del cambio social que estamos viviendo, en una tertulia televisiva la descalifican llamándola “gordita” y a Pablo Iglesias “comunista bolivariano”? Razona tu respuesta.

Analizando las causas y razones de cada partido para explicar su situación, seguro que formalmente las encontramos razonables e irreprochables. Pero al igual que aceptamos que cuando el problema se replica mayoritariamente en individuos que comparten ciertas características, deja de ser personal para convertirse en político; debemos considerar que la ausencia de mujeres relevantes y con peso en los partidos de la izquierda es un problema estructural al que hay que dar respuesta.

Las mujeres que integramos estos partidos no podemos permitirnos quedarnos fuera de esta nueva realidad política que se está construyendo, tenemos que asumir nuestras propias responsabilidades en el cambio que queremos. Y los hombres…, pues deberían empezar a integrar la igualdad no sólo en sus relaciones personales con las mujeres, sino también en las políticas. A veces sus discursos y sus actos recuerdan mucho a aquella frase de Groucho Marx de “le dejaría mi silla, pero es que estoy sentado en ella”.

Insisto: no acuso, constato. Detrás de cada foto, debate, entrevista o acto, habrá unas circunstancias objetivas, pero al final, entre pitos y flautas, siempre sobran pitos.

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Rosa Martínez

14 ComentariosDeja un comentario

  • Recuerdo tus primeros post… la evolución feminista es indudable… de lo cual me alegro! De cuando nos conocimos hasta ahora, un proceso de concienciación que debiéramos sistematizar y contarlo… Te animas?

    • Si hubiera escrito sólo sobre Equo, no dudes de que hubieras estado de las primeras. La idea era sobre todo hablar de mujeres con presencia en los medios y conocidas fuera de las organizaciones. ¡Ojalá que estos meses de coportavoz sirvan para que ganes visibilidad externa!

  • Se supone que quienes deben estar al frente deben ser los mejores (indiferentemente de su sexo). Pretender buscar la igualdad numérica de políticos por sexos es, por definición, no pretender poner a los mejores, sino sólo para cumplir con los cupos de “igualitarismo”. Si existe una mujer que lo vale (un buen ejemplo es Ada Colau, a mi también me gusta Simona Levi. Por cierto, amigas íntimas tengo entendido) pues será la líder, si no es la mejor (dentro de su partido) no veo lógico que esté ahí. Igual para el resto de cargos. No alcanzo a entender por qué una mujer (u hombre) debe de estar en un puesto en una lista sólo por su sexo, debería de estar ahí por méritos (demostrables). Eso sí es igualdad, tener que ganarse las “abichuelas” con méritos, no por sexo (es completamente ilógico). Cosa diferente es que no pongan a las mujeres QUE LO MEREZCAN (por méritos demostrabeles, igual que los hombres) en esos puestos. La igualdad no debe basarse en un número, sino en igualdad de oportunidades. No sé si mezclas estos términos a propósito o no, en cualquier caso es irrelevante porque ese discurso de la paridad (igual número de hombres que de mujeres en las listas, cumplan o no los méritos) ya ha calado hace tiempo. Eso, desde mi punto de vista, es lo opuesto a igualdad (poner a una mujer en un puesto sólo por ser mujer y no por los méritos conseguidos), es ventajismo. Igualdad de la mujer no quiere decir que ella quede por delante sólo por ser mujer, simplemente es tener las mismas oportunidades en todos los ámbitos y tener los mismos “premios” tanto unos como otras.

    • De tus palabras se desprende que: 1) si no hay más mujeres en política es porque no valen; 2) todos los hombres visibles en política lo son porque son válidos.
      Creo que no se corresponde con la realidad

  • Pffff puedes darle las vueltas e interpretaciones que quieras…eso no cambia las cosas. No es eso lo que he dicho. Puede que sea verdad lo que dices (el motivo del por qué faltan mujeres en las listas), no estoy seguro (si hubiese mujeres con más carisma…estarían en las listas, porque es algo que “vende”, por lo de la paridad). ¿Todos los hombres que están en política valen? Pocos (o ninguno, desde mi perspectiva) valen (aunque puede que tengan carisma, que es lo que embelesa a las personas, no sus cualidades como gestor). Si quieres mezclar términos, allá tú.

    Eso es una cosa, otra cosa es la solución que pretendes para arreglar el problema: la paridad. Eso no cambiará nada, se trata de hacer las cosas realmente bien. Para eso, y como ya te he dicho antes, se trata de que TODOS TENGAN LAS MISMAS OPORTUNIDADES Y “PREMIOS”. Eso poco (o nada) tiene que ver con la paridad (que hace perder la igualdad de oportunidades). Quien valga, adelante, y quien no atrás. El problema son los intereses que hay detrás de todo, los que nadie conoce (si crees que la política es lo que se ve…). En caso de que valgan más (sean mejores) las mujeres, no tengo ningún problema en que existan listas en las que los primeros puestos estén copados sólo por mujeres (de hecho, creo que las mujeres tenéis más mano izquierda y tenéis mejor forma de llevar la gestión y organización, sólo hay que ver quien maneja mejor una família).

    ¿Quieres seguir malinterpretando? me parece genial, es tu problema. Se supone que estás cosas es para intercambiar opinones, no para infravalorar a quienes piensan diferente (es decir, critica lo que he dicho con argumentos sobre lo que he dicho, no con argumentos “feministas”). No me gustan que pongan palabras que no he dicho en mi boca (por lo que se “desprende” de mis palabras), mejor no hagas presuposiciones y limítate (por respeto, no te lo tomes como orden imperativa y de mal “rollo”) a debatir sobre lo que sí he dicho (no sobre lo que parece que digo).

  • Pues aunque tengas razón en el fondo del articulo, haberlas haylas, otra cosa es que interese darles exposicion mediatica… Para mi el paradigma de mujer politica es Nines Maestro de Red Roja y en IU Marina Albiol y otras vienen pisando fuerte, me llama la atencion que la unica de la que hables en esta formacion sea precisamente la novia del coletas, que tiene por cierto un curriculum importante de ridiculos ideologicos en el Ayto de Rivas. ¿curioso no?

    • Has dado en el clavo Pepe: “haberlas haylas, otra cosa es que interese darles exposición mediática”. Los nombres que aparecen son los que a mí me vinieron a la mente en el momento de escribir la entrada, o sea que su elección se basa en una percepción totalmente subjetiva. No soy una persona desinformada políticamente, aunque tampoco sigo al detalle la vida interna de los partidos. El que haya nombrado a Tania Sánchez antes que a Marina Albiol, es el perfecto ejemplo de lo que estamos hablando.

  • La única forma de superar el machismo, es dejando de hablar de él y enfocarnos cómo mujeres en la solución de problemas reales, paro en el caso de España, hambre en el planeta tierra y un largo etc y demostrar qué podemos hacer mucho más y hacerlo mejor qué ellos. Nada más. Todo está en nuestra mente y en lo qué creemos qué podemos hacer o no con preparación y esfuerzo siempre.Todo lo demás desvirtúa todo porque viene de nuestro sentimiento inconsciente e impuesto por la sociedad de inferioridad. .

    • Cómo se puede superar un poblema dejando de hablar de él?? cómo si todo el mundo fuera consciente del machismo, cuando es justo lo contrario: es casi invisible para la mayoría!!! Afirmar que todo está en nuestra mente es reduccionista porque obvia los evidentes condicionantes socioculturales que moldean la vida de todas las personas. Cuando se obvia el poder que tiene la estructura social sobre las circunstancias en la vida de las personas lo único que se hace es perpetuar los sistemas de dominación que rigen en dicha estructura. Ser conscientes de cómo dichas opresiones nos atraviesan es la única manera de superar ese sentimiento de inferioridad del que hablas, de enfrentarse a él y salir reforzadas. Y para ello por supuesto debemos nombrar, sacar a la luz, reclamar, debatir, etc, pero nunca callar.

  • Showker estás definiendo el concepto de paridad a través de los prejuicios en torno al término. Paridad es sencillamente repartir el espacio público al 50% entre las dos mitades de la población, e implica inevitablemente repartir del mismo modo el espacio privado y llevar a cabo medidas de inclusión que favorezcan esta redistribución de los espacios más justa. Y esto no afecta a que se escoja a las personas más capaces de ambos grupos. Lo contrario sin embargo sí que representa un problema a nivel de capacitación de quienes están en el poder, porque cuando de toda la población sólo pueden acceder a ese espacio la mitad de la mitad de la mitad: por ejemplo: hombres con dinero y de buena familia, el margen es tan estrecho que al final durante gran parte de su historia la sociedad ha estado gobernada por gente inmoral y totalmente inadecuada. De hecho esto sigue pasando en las esferas más altas y es el problema que subyace en las graves crisis a las que nos enfrentamos. De ahí viene el problema de la falta de calidad en la política.

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