2014: un año muy EQUO

10257856_720760601280061_8157344797434988953_nPues en vez de resumir el año con Facebook o con las aplicaciones varias que nos inundan desde hace días, yo vuelvo no al tradicional lápiz y papel sino a la eterna palabra. Si 2014 merece un reconocimiento especial hecho a base de palabras es porque todo lo que ha significado, está significando y probablemente vaya a significar en las próximas etapas de vida.

Empecé el año saliendo de mi zona de confort, en lo personal y en lo político, y he ido aprendiendo a avanzar en lo desconocido sin tener claro el camino que pisaba, a dar pasos sin ni siquiera saber si habría suelo donde apoyar el pie. Me he dado cuenta de que es absurdo el miedo a caerse, que a lo que a lo que debemos temer es a no saber levantarnos. Quiero pensar que la lección de este 2014 es que la seguridad en nosotras mismas es lo único seguro que tenemos en esta vida, y que con ella en la mochila nos atreveremos a transitar caminos nuevos que no nos hubieramos imaginado o simplemente no nos hubieramos atrevido.

Cuando en diciembre de 2013 decido presentarme a las primarias para las elecciones europeas y abrirme (¡por fin!) una cuenta de twitter ni se me pasó por la cabeza la sucesión de hechos y circunstancias que supondrían verme, un año después, de coportavoz federal de Equo. Quedan lejos ya las primarias, los actos y debates como candidata en campaña electoral, la alegría de lo conseguido y el ahora qué. Un poco más cerca la Uni Verde, mi candidatura a la coportavocía y la Asamblea Federal. Y ya es parte de mi día a día ejercer de coportavoz, contribuyendo al proyecto global de cambio, de justicia social y ambiental, en el que la democracia y la transparencia sean los principios irrenunciables de funcionamiento. Siento que mi aventura política lo ha teñido todo y que aún no he llegado a ningún sitio, sino que acabo de empezar a andar. El reto de transformar radicalmente el sistema, la sociedad y los valores que lo rigen está ahí mismo, delante de mi, y no tendré ningún temor ni reparo en afrontarlo.

Ha sido un año intenso en experiencias y emociones, que me han demostrado la subestimada capacidad de aprendizaje y adaptación que tiene el ser humano. Echo la vista atrás y me encuentro con personas, muchas personas. Algunas ya estaban, otras llegaron con el año, y otras muchas se han ido sumando para quedarse. Miro hacia atrás y en los momentos importantes del año veo las mismas caras, y solo deseo que en 2015 sigan ahí conmigo. Gracias a quienes me habéis acompañado, apoyado, querido, enseñado e incluso cabreado a veces, en la política y en la vida.

Y por si todo esto fuera poco, en 2014 he cumplido un sueño que tenía casi olvidado, dándome cuenta de que todos los sueños están hechos para cumplirse. Quien sabe si en 2015 otro sueño de esos que erróneamente clasificamos como “incumplibles” entrará a formar parte de mi vida. Es un bonito deseo en todo caso.10257856_720760601280061_8157344797434988953_n

      

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Rosa Martínez

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